EL REY ARTURO Y LOS CABALLEROS DE LA MESA REDONDA

Cuenta la historia que nunca ha habido un rey más justo ni más bueno que Arturo, hijo de Uther rey de Gran Bretaña, ni caballeros más leales que los que acompañaban en la gran mesa redonda. Uther deseaba a la esposa del gran Duque de Cornualles quien era su mayor enemigo. Uther logro conseguir un hechizo por medio del mago Merlín, con el cual hizo que Ingraine (la esposa de su enemigo) al mirarlo lo confundiera con su esposo y ésta se enamorara de él. De este relación nacería el alma más pura y noble. Pero esto no seria gratis, pues el mago le pidió a cambio a su hijo Arturo y lo entrego al Sir Hector para que éste lo criara en la sabiduría y en la lealtad. Se decía que Cristo por medio de un milagro escogería a legitimo sucesor de Uther. El milagro sucedió en un cementerio, pues allí apareció una espada clavada en una piedra. En la espada estaba escrito "Quien pueda desencajarme de esta piedra sera rey de toda Bretaña por derecho de nacimiento". Muchos nobles lo intentaron, pero el único que logro sacar la espada fue Arturo. 

Luego de que Arturo tuviera la edad suficiente para casarse le comento al mago Merlin que luego de una visita al reino de Cameliard se había quedado profundamente enamorado de la hija del rey y le pidió que los convocara a una reunión para que él le pudiera pedir la mano a la hija del rey. El rey le agrado mucho su propuesto y junto con su hija le cedió una mesa que le regalo el rey Uther. La mesa tenia disponibilidad hasta para casi ciento cincuenta personas. 

"Dos de estos tres puestos serán para los dos mejores caballeros de cada año, y la otra silla sera solo para el hombres más digno del mundo. Si alguien no reúne méritos para sentarse en este silla y osa sentarse, morirá en el acto"